Juan Carlos Soto

La Iglesia del Nazareno en Andino Norte es una iglesia que manifiesta el compromiso, responsabilidad, resiliencia y un espíritu de dependencia de hombres y mujeres de Dios que viven la Gran Comisión recibida de Jesús.

La Iglesia del Nazareno en Colombia, Venezuela y Ecuador están en camino de cumplir 50 años de fundación.  Las estrategias denominacionales están muy vivas en cada Distrito.  Los superintendentes, pastores y miembros dedican sus vidas al servicio en medio de los desafíos que se presentan. Cristo es glorificado a través de sus ministerios.

La Iglesia del Nazareno en Andino Norte cuenta con un lindo equipo misionero que da soporte a la extensión del Reino de Dios. Mujeres y hombres  que son instrumentos de apoyo a nuestra misión de hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones, este equipo sirve en asociación con ministros locales y lideres laicos para llevar restauración, compartir el evangelio y fomentar la sostenibilidad dentro de la comunidad.

Nuestro deseo es que Dios levante una nueva generación para dar seguimiento a la visión de Dios. Estamos soñando en:

• La continua búsqueda del avivamiento espiritual en cada iglesia local.
• Enseñar la Biblia de forma sencilla, profunda y contextualizada.
• Ayudar a las personas a desarrollar las disciplinas espirituales y la devoción en medio del cambio.
• Dar la bienvenida a la comunidad cristiana a las personas con amor, cuidarlas intencionalmente y transformarlas bíblicamente.
• Ayudar a las familias a practicar los principios bíblicos y enfrentar la relativización de los estándares de la sociedad.
• Influir en cada nueva generación para que asuman la identidad cristiana como la mejor opción de vida en el mundo.
• Comunicar el evangelio real a la generación digital, desafiándolos a una relación personal con Dios.
• Enseñar a los miembros de la iglesia a ser discípulos/discipuladores.
• Promover la cosmovisión cristiana a través de los miembros de la iglesia para generar cambios en la sociedad.
• Multiplicar y apoyar iglesias en lugares estratégicos.
• Desarrollar acciones misioneras locales y globales para grupos estratégicos o no alcanzados.
• Desarrollar líderes que sean siervos y marquen una diferencia en la iglesia y en el mundo, para que se conviertan en agentes de transformación
• Fomentar la transformación social a través de proyectos multiplicadores.
• Enseñar a los miembros a dedicar parte de sus ingresos a la misión de la iglesia y las causas cristianas en el mundo.

Finalmente, esta es nuestra oración: “Lo que oigo acerca de ti, Señor, y de todo lo que has hecho, me llena de profunda reverencia. Realiza ahora, en nuestra vida, tus grandes acciones de otros tiempos, para que nosotros también las conozcamos. Muéstranos así tu compasión aun en medio de tu enojo.” Habacuc 3:2 (DHH)